domingo, octubre 29, 2006

Orfebres


Rembrandt Harmensz van Rijn, Jan Lutma, Orfebre, (1656)http://www.miami.edu/news/images/JanLutmaGoldsmith.jpg

Los orfebres eran, por lo general, los artesanos más acomodados durante la Edad Moderna.

Esto son dos retratos famosos atribuidos a Rembrandt de un orfebre de Ámsterdam, Jan Lutma. Fijaros en la importancia que se le otorga a las herramientas, colocadas en la mesa o en las manos, que en este caso son las herramientas necesarias para la ejecución de trabajos de punzado. Estos retratos aluden expresamente al lado innovador del saber artesanal, ya que el punzado fue una importante innovación técnica redescubierta en la primera mitad del XVII.


[Schultz, Helga.: Historia Económica de Europa, 1500-1800: Artesanos, mercaderes y banqueros. Madrid, Siglo XXI, 2001 (e.o. 1997), p. 88]

Rembrandt Harmensz van Rijn, Jan Lutma, El Viejo, (1656)
http://www.miami.edu/news/images/JanLutmaIItheElder.jpg

sábado, octubre 28, 2006

El Pensamiento Económico en los Siglos Modernos



La Herencia Medieval

Las teorías económicas en uso durante la Edad Moderna – sobre todo durante los siglos XVI y XVII – son incomprensibles si no se toma en cuenta en cristianismo.

El cristianismo bebe de dos fuentes previas fundamentales:

1) El Derecho Romano, y 2) La Tradición Judía


1) El Derecho Romano

Los vestigios de la herencia romana se mantienen vigentes durante la Edad Media. En el siglo X se produjo en Italia el redescubrimiento del
Derecho Romano del Corpus Iuris Civilis (Derecho Romano Justinianeo), que se encontraba en unos libros que el emperador de oriente Justiniano había mandado a realizar en el siglo VI. En los siglos siguientes fue creciendo la importancia del Derecho Romano a medida que se extendía y se profundizaba en su estudio, aportando conceptos legales tan importantes como la propiedad privada.

Hacia finales de la Edad Media es cuando adquiere su mayor importancia en el contexto de surgimiento de las monarquías autoritarias. La importancia del Derecho Romano y de la herencia clásica es fundamental para entender la teoría política de las monarquías modernas durante los siglos XVI y XVII, ya que aportan el corpus teórico que guía a estas monarquías.

En este contexto tienen un peso capital conceptos como el de Pater Familias: el patriarca familiar con derechos y deberes con su domus. El concepto se origina en Aristóteles, pasando luego al Derecho Romano para ser recuperado en el medioevo para incorporarse al pensamiento político en los siglos XVI y XVII al trasponer la imagen del
Pater Familias al rey con respecto a sus súbditos. Se trata de una noción de la política que confunde las esferas privadas y públicas.



2) La herencia Judía

La tradición judía es depurada por el cristianismo durante la Edad Media para crear un marco ideológico judeocristiano que se incorpora a la sociedad y al marco económico, y que va evolucionando al compás de los cambios sociales y económicos.

Una de las aportaciones de esta influencia es el conecto de beneficencia, reinterpretada por el cristianismo a partir de sus orígenes judaicos.

A fines del siglo XVI y durante el XVII las transformaciones económicas y el crecimiento económico general altera la realidad cotidiana de los europeos y van creando claras diferenciaciones entre ricos y pobres.

En un mundo influido por el cristianismo esto crea problemas teóricos a raíz de los conflictos ético-morales que crea la riqueza. La figura de un Cristo cercano a la pobreza y las numerosas citas bíblicas que ponen a los pobres por encima de los demás, hacen al rico sospechoso. El pobre, por el hecho de serlo tenía ventajas ético-morales sobre un rico. Esto se da en un contexto de revalorización y búsqueda de la pobreza con las ordenes mendicantes desde la Edad Media. Esta es una cuestión que mediatiza los debates sobre pensamiento económico, ocupando en ellos un lugar preeminente los
debates sobre pobreza.
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Había consenso en cuanto al hecho de que el pobre debía ser mantenido, desde la caridad cristiana y por la superioridad moral de los pobres como vía para conseguir la salvación colectiva de la sociedad. El problema surgía en que esto era un desincentivo para el trabajo, haciendo que proliferasen falsos pobres o pobres fingidos, que podían trabajar y no lo hacían para ser superiores moralmente.

En el siglo XVI empieza a debatirse este concepto de pobreza. Desde el humanismo, tanto Tomás Moro como Erasmo de Rotterdam criticaron la mendicidad, y Joan Lluís Vives, en su obra De subventione pauperum. Sive de humanis necessitatibus libri II (Brujas, 1526), propuso un programa detallado de acción social que incluía la prohibición de mendigar, la centralización de la asistencia en las instituciones públicas para socorrer a los verdaderos pobres (viudas, tullidos, heridos de guerra. También proponía escuelas infantiles para huérfanos y niños pobres) y hacer trabajar a los que sólo son vagos.
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Cristóbal Pérez de Herrera sigúió esta misma línea en su obra Discurso ... a la Católica y Real Magestad del Rey don Felipe señor nuestro, suplicándole se sirva de que los pobres mendigantes verdaderos destos sus reynos se amparen y socorran, y los fingidos se reduzgan y reformen, (1595). Otros autores representativos son Juan de Medina y Miguel Giginta, que defendieron la necesidad de distinguir entre los verdaderos pobres y los fingidos, obligando a estos últimos a trabajar. Giginta y Pérez de Herrera propusieron también el control planificado de la pobreza a través de casas de misericordia o albergues de pobres, que debían ubicarse en las principales ciudades del país y garantizar la aplicación al trabajo de los mendigos físicamente capacitados. [Sobre Pérez de Herrera ver:
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En España las medidas contra la mendicidad fueron algo más suaves que en otros países de Europa (en el sentido de reglamentar más que de prohibir), y subsistió de forma bastante extendida el concepto medieval de la pobreza, enfrentado a las nuevas ideas humanistas. El dominico fray Domingo de Soto, en su Deliberación sobre la causa de los pobres (1545), defendió la libertad tanto para mendigar como para ejercer individualmente la caridad con cualquier pobre, entendiendo la pobreza como elección y rechazando toda la reglamentación ya que la caridad era vista como una vía cristiana de alcanzar el cielo.
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Taller de pica-piedras en el Workhouse de Bethnal Green, 1868.
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El protestantismo compartió la idea del trabajo como deber y condenó severamente la pereza, excepto los anabaptistas, cuyos postulados resultaban mucho más radicales. En Inglaterra surgieron en época de Isabel I los Workhouses [ver página interesantísima: http://www.workhouses.org.uk/] que eran talleres-residencia civiles para pobres en los cuales se les albergaba a cambio de su trabajo.
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[ "The Oxford Dictionary's first record of the word workhouse dates back to 1652 in Exeter — "The said house to bee converted for a workhouse for the poore of this cittye and also a house of correction for the vagrant and disorderly people within this cittye." However, workhouses were around even before that — in 1631 the Mayor of Abingdon reported that "wee haue erected wthn our borough a workehouse to sett poore people to worke". State-provided poor relief is often dated from the end of Queen Elizabeth's reign in 1601 when the passing of an Act for the Relief of the Poor made parishes legally responsible for looking after their own poor." En: http://www.workhouses.org.uk/]
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Comedor masculino en Workhouse de St Marylebone, 1900
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También en algunos estados al norte de Italia irían surgiendo instituciones similares. En el resto de Europa, la beneficencia no pasaría a ser una preocupación civil hasta los siglos XVIII y XIX.
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En general, la manera de entender el trabajo - como elemento económico - desde la teología y escolástica fue muy positiva. El cristianismo tiene la figura de José, carpintero, y de numerosos santos y apóstoles que sirven para valorar positivamente el trabajo. Los teólogos también consideraban que el trabajo debía recibir a cambio una retribución, estableciendo como lícita la idea de beneficio, que como tal no era malo, siempre que no llegase a la usura o a la explotación.

domingo, octubre 22, 2006

Pensamiento económico y escuelas historiográficas

La economía como ciencia es parte del proceso más amplio de compartimentación de las ciencias que se da durante el siglo XIX (el período de mayoría de edad de las ciencias). En la sociología surgen Auguste Comte y Emile Durkheim, que influyen para que en la historia se vaya desarrollando el positivismo. La economía surge Adam Smith en 1776 en el marco de creación de los Estados liberales.

El pensamiento económico existe desde la Grecia clásica y se va ampliando durante la Edad Media y Moderna, pero durante el Antiguo Régimen se caracteriza por una menor teorización y su apego a las experiencias empíricas. Todavía no se ha separado de un conocimiento más amplio de la realidad englobado dentro de la teología.

No existe la disciplina económica como tal hasta el siglo XIX, cuando se divide el espacio del conocimiento, y se crea la economía como una disciplina independiente con personalidad propia.

La economía y la historia económica tienen una larga tradición comparadas con otras corrientes historiográficas al contar con doscientos años de tradición y todo el bagaje del pensamiento económico anterior a la contemporaneidad.

Debemos recordar que la economía es una creación contemporánea (ver: Introducción, 18/10). Desde finales del XIX se fue haciendo una historia a partir de la visión retrospectiva del pasado desde estos criterios económicos, lo cual ha recibido duras críticas epistemológicas en los últimos treinta años desde la post-modernidad.

La historia económica utiliza las herramientas propias de la economía y las de la historia, pero existe una clara división académica entre este tipo de historia hecha por economistas o por historiadores.
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Previo a la Segunda Guerra Mundial se pueden distinguir tres escuelas o corrientes historiográficas:

1) Positivismo
Tuvo una gran influencia desde la segunda mitad del XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. Se caracteriza por la creencia en verdades objetivas reproductibles y científicas y en la idea de progreso. Es una historia fundamentalmente política con un enfoque narrativo y muy apegado a las fuentes como garantía de objetividad. Está muy influenciada por la matemáticas, que dio un fuerte impulso a la economía y la historia. La historia se convirtió en una herramienta imprescindible para el análisis en las ciencias sociales, impulsado por una serie de factores políticos y económicos. Durante el XIX y la primera mitad del XX se tendió a mirar hacia el pasado para encontrar respuestas en momentos de cambios. El estudio de la historia económica moderna se recibió un fuerte impulso con las revoluciones industriales, la llegada del ferrocarril, las crisis del capitalismo (1873, 1890's, 1929), la unificación alemana o en los momentos en los que se intentaba impulsar una nueva política económica.

2) Marxismo
El marxismo aportó una parte importante del utillaje conceptual de la historia (conceptos como supraestructura, infraestructura, lucha de clases). Adquirió un peso importantísimo en el contexto del auge de los nacionalismos, como en el caso alemán donde se establece una escuela de historiadores de economía del Estado.
"En la producción social de su vida, los hombre contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social." [Karl Marx.: Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía (1859)]

3) Annales
La escuela de los Annales surge a finales de los años 20 y a lo largo de la década de 1930 bajo la dirección de Marc Bloch y Lucien Febvre. A esta se le ha llamado la primera generación de los Annales. Se trata de una escuela que tuvo una enorme influencia y proyección en el mundo, y que le otorgaba una gran importancia a la economía.
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Después de la Segunda Guerra Mundial surgen 3 escuelas metodológicas dominantes:

1) Marxismo Británico
Surge en la postguerra y se consolida firmemente durante las décadas de los 50 y 60. En 1946 coinciden dos publicaciones fundamentales que estudian la transición del feudalismo al capitalismo para explicar elementos que están en el origen del proceso: Maurice Herbert Dobb (Inglés, 1900-1976) Studies in the Development of Capitalism y Paul Marlor Sweezy (Estadounidense, 1910-2004) The theory of capitalist development. Ambos autores mantuvieron un vivo debate, en el cual las luchas de clase van perdiendo importancia a favor de elementos como la demografía o el clima. En 1952 se creó la revista Past and Present, en Oxford, que canalizó buena parte del pensamiento de esta escuela y donde en, 1976, se escenificó el Debate Brenner. Robert Brenner defendía la lucha de clases como el motor de la historia, esto fue contestado por una docena de historiadores en 1976. El debate sigue abierto, cubriendo los temas de lucha de clases, el peso de la demografía, las elites, las redes sociales, etc., y cuenta con aportaciones como la de Lachmann, quien defiende que es las lucha internas entre las elites dirigentes las que marcan el cambio histórico. Hay otros escritores que, siguiendo esta línea sobre las revoluciones y revueltas, enfatizan que "se rebela el que puede", señalando que, en lugar de la tradicional oposición entre oprimidos y opresores, lo que ha existido es tensión entre las clases dirigentes: nobleza vs. gentry.

2) Annales
La segunda generación de los Annales arranca con Fernand Braudel (1902-1985) [Méditerranée et le Monde Méditerranéen a l'époque de Philippe II (El Mediterráneo en tiempos de Felipe II), 1949], quien le otorga una gran importancia a la historia económica. Para Braudel, el tiempo histórico se divide en Tiempo Largo (estructuras más inamovibles, cambios sólo perceptibles a largo plazo, el medio geográfico), Tiempo Medio (aquellos cambios que son perceptibles a lo largo de varias generaciones: civilización, economía, sociedad) y Tiempo Corto (protagonizado por los hombres, historia política). Estas posturas, que suponen una tendencia hacia la Historia Total y otorgan una gran importancia a la historia económica y la demografía histórica y rechazan el monopolio del ahistoria política, dominaron el panorama historiográfico durante los siguentes 20-30 años, y su influencia se extendió a las demás ciencias sociales. En 1970 surge la tercera generación de los Annales, la Escuela de Historia de las Mentalidades, y entra en crisis la historia económica.

3) Cliometría
Metodología de análisis que surge a finales de los 50 en EE.UU. que utiliza de manera sistemática la teoría económica, la estadística, los modelos matemáticos muy complejos y la econometría para el estudio de la Historia económica. Se caracteriza por la matematización de la historia, y considera que un trabajo es más matemático mientras más complejo es su tratamiento matemático. Los temas más recurrentes son la historia del transporte y de la esclavitud, y en menor medida la agricultura. Utiliza la técnica de análisis contrafactual, que altera los hechos históricos - es decir, introduce una variable inexistente - para aislar y estudiar la importancia de una de las variables reales. De esta manera Robert Fogel concluye que la introducción del ferrocarril no fue tan importante para EE.UU. como argumentaron Joseph Schumpeter y Walt Rostow.
Robert Fogel y Douglass North (ver: Escuela Neo-Institucional, 21/10), ganadores del Premio Nobel de Economía en 1993, son los padres de la historia Neo-Institucional y de la aplicación de la econometría a la historia. Otros autores pertenecientes a esta escuela son Conrad y Meyer.
El análisis contrafactual se aplica sobre todo a la historia contemporánea por parte de economistas que hacen historia y es una técnica muy influyente en la actualidad. Existen varias sociedades cliométricas [The Cliometric Society] y este mismo año (2006) se ha creado una nueva revista dedicada a esta metodología de análisis [Cliometrica - Journal of Historical Economics and Econometric History].
De una división de la Cliometría ha surgido la Cliodinámica.
"What is cliodynamics? : Many historical processes are dynamic. Empires rise and fall, populations and economies boom and bust, world religions spread or wither. Cliodynamics (from Clio, the muse of history, and dynamics, the study of temporally varying processes) is the new scientific discipline that investigates such dynamical processes in history. " [Turchin, P.: Cliodinamica.]

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Desde los 70 se hacen duras críticas a la historia económica por entender a la persona como un homo economicus, en una perpetua búsqueda de beneficios. Se han dado criticas metodológicas a una historia, a veces, excesivamente estructural que lo reduce todo a números, tablas y líneas.
Ha habido un regreso a las biografías y a la historia política y narrativa. La historia económica sigue siendo importante pero ha perdido peso en los últimos años, excepto en el mundo anglosajón. En el momento historiográfico en el que vivimos existe una confusión entre escuelas historiográficas y una ausencia de modelos metodológicos claros. Desde la microhistoria a la macrohistoria ha habido una pérdida de importancia de la historia económica, dentro de la cual ahora prima la historia contemporánea a la moderna.

[ver un pequeño resumen en: http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_econ%C3%B3mica y http://en.wikipedia.org/wiki/Economic_history]


sábado, octubre 21, 2006

Sistemas-Mundo y España

para ver el gráfico: pinchar en él, y luego cuando se abra la ventana nueva, pinchar en la esquina inferior derecha.

Como simple curiosidad, me gustaría destacar un gráfico de V. Paina sobre la jerarquía comercial en el mundo, realizada aplicando las ideas de Wallerstein y de la Teoría de Sistemas-Mundo. El estudio incluye 64 países, y produce conclusiones típicas de esta escuela que resultan peculiares por el alto nivel de complejidad matemátizante de los métodos utilizados.

En la gráfica se distinguen en rojo los países del centro, en azul los de la semi-periferia y en verde los de la periferia. Las flechas señalan los vínculos de dominación de unos sobre otros. Supongo que la posición vertical simboliza la posición de un país en el “balance de fuerzas”: mientras más arriba, más dominante.

Resulta interesante - y peculiar - notar el papel que se le otorga a España, y su posición vertical en relación con los demás países, como México, Holanda, Rusia, Italia, Malasia, Singapur o Suecia , y los vínculos de dominación que se le atribuye sobre Polonia y Algeria (!?). Asimismo, España ocupa la décima posición en el índice de fuerza entre los 64 países estudiados.
(Ver también la posición de Argentina en el gráfico)

Strength Index
Country (Strength Index)
United States of America (363)
Germany (355)
France (206)
Italy (203)
United Kingdom (201)
Japan (190)
China (119)
Netherlands (117)
Russian Federation (64)
Spain (62
)

[ Ver: Piana, Valentino (2004).: Hierarchy Structures in World Trade. Economice Web Institute. En:
http://www.economicswebinstitute.org/essays/tradehierarchy.htm ]



Wallerstein

Wallerstein, por sus criticas contra el capitalismo y su postura a favor de los paises “periféricos”, es uno de los ídolos del movimiento anti-globalización.


En la siguiente cita de Wallerstein, sobre el desarrollo de la economía desde la Edad Moderna, se puede notar el tono y el lenguaje cargado de adjetivos que recuerdan a las obras divulgativas de Noam Chomsky.


“In the sixteenth century, Europe was like a bucking bronco. The attempt of some groups to establish a world-economy based on a particular division of labor, to create national states in the core areas as politico-economic guarantors of this system, and to get the workers to pay not only the profits but the costs of maintaining the system was not easy. It was to Europe's credit that it was done, since without the thrust of the sixteenth century the modern world would not have been born and, for all its cruelties, it is better that it was born than that it had not been.

It is also to Europe's credit that it was not easy, and particularly that it was not easy because the people who paid the short-run costs screamed lustily at the unfairness of it all. The peasants and workers in Poland and England and Brazil and Mexico were all rambunctious in their various ways. As
R. H. Tawney says of the agrarian disturbances of sixteenth-century England: 'Such movements are a proof of blood and sinew and of a high and gallant spirit. . . . Happy the nation whose people has not forgotten how to rebel.'

The mark of the modern world is the imagination of its profiteers and the counter-assertiveness of the oppressed. Exploitation and the refusal to accept exploitation as either inevitable or just constitute the continuing antinomy of the modern era, joined together in a dialectic which has far from reached its climax in the twentieth century."

Source: The Modern World-System, vol. I, p 233.
[En: http://en.wikipedia.org/wiki/Immanuel_Wallerstein]

Peter Musgrave. The Early Modern European Economy




pinchar en las imagenes para ver más grande.
Esta es una reseña del libro The Early Modern European Economy publicada en The Journal of Economic History.

La obra de Musgrave es una visión muy innovadora y atrevida sobre la Europa moderna. Además de los argumentos sobre la evolución de la oferta y demanda, critica postulados evolucionistas en la historia, que plantean que la modernización era inevitable o deseable, y propone una nueva visión del desarrollo de la economía y el capitalismo en Europa que es contraria a las tradicionales diferencias entre el norte de Europa (Inglaterra y Países Bajos) “moderno” y progresista y el sur (Italia y España) Católico y retrógrado.

Robert S. Duplessis. Review of The Early Modern European Economy by Peter Musgrave; The Journal of Economic History; Vol. 60, No. 3 (Sep., 2000), pp. 877-878

Distintas visiones globales sobre la Historia Económica Moderna



Escuela Neo-Institucional

Douglass C. North, representante de la escuela Neo-Institucional, es un economista e historiador estadounidense, galardonado con el Premio Nobel de Economía en 1993 junto a Robert Fogel por su renovación de la investigación en historia económica, a partir de la aplicación de técnicas cuantitativas para explicar los cambios económicos e institucionales. En 1992 fue el primer historiador económico en haber ganado uno de los más altos galardones en el mundo de la economía: el Premio John R. Commons.

Él plantea la evolución de la economía como avances claros hacia el capitalismo. Aquellas instituciones que ayudasen al desarrollo del capitalismo y librecambismo serían un avance.

North pensaba que los cambios institucionales son más relevantes que los tecnológicos para explicar el desarrollo económico. Factores políticos, sociales y económicos inciden sobre las instituciones y los grupos sociales; son aquellos grupos que ocupan posiciones sociales dominantes los que, si detectan que las instituciones no responden a sus intereses, fuerzan los cambios. Contrastó y confirmó esta hipótesis con casos de historia contemporánea estadounidense y de la historia europea desde la edad media hasta la Revolución Industrial. Las instituciones proporcionan una infraestructura que sirven a los seres humanos para crear orden y reducir la incertidumbre. Su principal obra es ‘Estructura y cambio en la historia económica’ (1981).”

[en: http://es.wikipedia.org/wiki/Douglass_North, Ver también: su autobiografía: http://ca.geocities.com/econ_0909meet/north-autobio.html]


Historia Global

En Les quatre parties du monde – Histoire d’une mondialisation, Serge Gruzinski, desde la Historia Global, plantea un enfoque historiográfico novedoso, con una marcada sensibilidad antropológica, para explicar la primera mundialización en la Edad Moderna.

En su obra: “El Nuevo Mundo aparece conectado a una 'historia-mundo' debido a la simultaneidad que generó el fenómeno de orden planetario que significó la Monarquía Católica y cuyas consecuencias son el objeto, precisamente, de esta obra : los procesos de mestizajes, la occidentalización y la globalización. Temas mayores, cuyos mecanismos el autor va demostrando mediante imágenes, personajes y textos proyectados en la inmensidad de los espacios del proyecto imperial ibérico que generó una nueva geografía del mundo, en donde aparecen espacios locales que al aunarse a la dimensión imperial son proyectados en lo global, como también se insertan en temporalidades simultáneas. [...] La expansión ibérica que activó una concordancia de tiempos entre Europa, Asia, África, y América abarcando un espacio planetario que ocupó la configuración que los contemporáneos llamaron Monarquía Católica, por lo que el ángulo de observación es forzosamente el 'Mundo' y su propósito en esta obra es decodificar esta primera mundialización que fue ibérica y cuyo radio de acción fue global.”

Elizabeth Burgos, « Serge Gruzinski, Les quatre parties du monde – Histoire d’une mondialisation, Paris, Editions de La Martinière, 2004, 479 pp. », Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Número 5 - 2005, mis en ligne le 20 juin 2005, référence du 19 octobre 2006, disponible sur : http://nuevomundo.revues.org/document1022.html


Teoría de Sistemas-Mundo

Immanuel Wallerstein (1930, EE.UU.) es un historiador y teórico a nivel macroeconómico de la economía capitalista global, padre de la Teoría de Sistemas-Mundo, que surgió en los años 70 como respuesta a la Teoría de Dependencia o Teoría de Desarrollo (
Raul Prebisch, años 50) que separaba al mundo en Primer Mundo (centro) y Tercer Mundo (periferia). Wallerstein defiende una categoría intermedia llamada semi-periferia que incluiría países que son dominados y a su vez dominan a otros.

Basandose en Marx, Fernand Braudel y los resultados de sus estudios en asuntos africanos post-coloniales, Wallerstein afirma que hay solo un mundo conectado por una compleja red de relaciones de intercambio económico – un Sistema-Mundo Moderno – que se origina en el siglo XVI entre Europa Occidental y las Américas y que, para el siglo XIX, acabó por incorporar a todo el globo a la Economía-Mundo capitalista.

Wallerstein es uno de los primeros en hablar del conflicto Norte-Sur y sus criticas al capitalismo le han convertido en una eminencia para el movimiento anti-globalización. Sus teorías han atraído duras criticas, no sólo de entornos conservadores y neo-liberales, sino de historiadores que rechazan o matizan sus ideas. Entre ellos están Bartolomé Yun- Casalilla, Patrick O’Brian o Paulino Iradiel.

Su obra más importante es The Modern World-System, en tres volúmenes editados entre 1974 y 1989.

[Es muy interesante el artículo: http://en.wikipedia.org/wiki/Immanuel_Wallerstein (en inglés). Una precaria e inconclusa traducción al español está disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Immanuel_Wallerstein]

miércoles, octubre 18, 2006



Sobre el contexto general de la Economía preindustrial

"Si durante la Edad Media la división social del trabajo en los núcleos urbanos fue producto de la paulatina especialización productiva, en el siglo XVI se asistió a un desarrollo de los factores económicos que afectaban a la producción. Un capitalismo floreciente iba imponiendo una articulación compleja de los mercados, de las formas de producción y de las relaciones laborales. Y estas nuevas condiciones se desplegaron dentro de un determinado contexto social y cultural; algo que se ha olvidado con demasiada frecuencia. Amparada en su potente tradición cientifista, la economía ha ejercido un dominio incontestable sobre el resto de las disciplinas sociales. Lo que dota de atractivo al método de trabajo de los economistas es que está muy cerca del que se utiliza en las ciencias naturales. La facilidad para aislar variables que pudieran perturbar el análisis individual, racional y maximizador, central en su método, que en principio se pude considerar una virtud, se vuelve contraproducente cuando se proyecta a los estudios de las sociedades históricas. La sociología, la antropología o la historia fueron incapaces, hasta no hace muchos años, de despojarse de un sustrato económico que las asfixiaba.

En este sentido, las últimas décadas han significado un cambio cualitativo en las relaciones entre las disciplinas sociales. El acercamiento multidisciplinar ha enriquecido el estudio de los fenómenos sociales y, en contrapartida, ha disgregado su unidad de análisis. Un reflejo de esta situación ha sido la potenciación de las aproximaciones culturalistas y antropológicas a los fenómenos sociales y económicos. De hecho, los mismos economistas han vertido grandes dudas sobre la validez de los análisis económicos que no tienen en cuenta las tensiones que se producen en un mercado mediatizado por las instituciones. Para la historiografía del trabajo las repercusiones de este nuevo equilibrio de fuerzas entre las disciplinas sociales han sido transcendentales. La visión antropológica ha desarticulado, a la vez que enriquecido, las explicaciones basadas en la causalidad directa entre la economía y las relaciones sociales. Pero, igualmente, en el terreno estrictamente económico de la historiografía, las interpretaciones sociales y culturales han entrado a formar parte de su discurso habitual. Las tipologías sociales creadas por la antropología económica, matizadas por los mismos antropólogos, han pasado a pertenecer también al acervo conceptual de los historiadores."


Zofío Llorente, Juan Carlos.: Las culturas del trabajo en Madrid, 1500-1650: familia, ocio y sociabilidad en el artesanado preindustrial (Tesis doctoral); Facultad de Geografía e Historia, Universidad Complutense de Madrid, Bajo la dirección de Dr. Alfredo Alvar Ezquerra; Madrid, 2002. Pp. 3-4
(ISBN: 84-669-1989-9) Disponible en: http://www.ucm.es/BUCM/tesis/ghi/ucm-t25966.pdf

Introducción a la economía de la Edad Moderna

La economía en la edad moderna se caracteriza por los siguientes factores:

- Una creciente complejidad.

- Se consolida la primera internacionalización – la primera globalización – de la economía que abarca todos los continentes.

- Empieza a reflexionarse sobre algunos temas económicos, como los aspectos inflacionistas (a finales del XVI: M. Malestroit, Jean Bodin, Martín de Azpilcueta).

- Se van creando las bases del capitalismo, mientras que algunas pervivencias medievales siguen influyendo el proceso económico. Un ejemplo de esto es la idea de lucro, algo inherente al capitalismo, que se enfrenta con la influencia de la religión que consideraba el cobro de interés en préstamos y arrendamientos – sobre todo la usura – como algo pecaminoso.

“La práctica económica estaba condicionada por las ideas coetáneas, más de tipo religioso, moral, cultural y social que estrictamente económicas”. Zofío Llorente, J.C.: “La industria en España durante los siglos XVI y XVII”, Capítulo V de La Economía en la España Moderna, A. Alvar Ezquerra (et al.); Istmo; Madrid, 2006. P. 298

Esto condiciona la actividad económica, suponiendo trabas – por lo menos retóricas – para el desarrollo de las ideas capitalistas.

En 1521, cuando, bajo el reinado de Carlos V, se incrementan los asientos de un 3% en el año anterior a un 14%, se apresuraron a señalar en la documentación que no se trataba de usura.

Introducción

Inevitablemente, el pasado se reconstruye desde y para el presente.

La importancia de la economía ha ido aumentando rápidamente desde que se desarrolló a finales del siglo XVIII y principios del XIX, hasta llegar a ser hoy indispensable en nuestro mundo actual para comprender y explicar la realidad. Esto crea la necesidad de proyectar nuestros esquemas actuales hacía el pasado para entenderlo mejor a través de la economía, y sobre todo para encontrar causas de las enormes diferencias económicas que existen entre las sociedades actuales. Esto ha provocado el determinismo del materialismo histórico o explicaciones causalistas tan arriesgadas como las de Max Weber.

No hay duda de que un enfoque multidisciplinar de la historia permite un conocimiento más exhaustivo de la realidad – siempre compleja – de un momento pasado. A medida que surgen nuevas disciplinas y ciencias, o se producen avances en alguna ya existente, se tiende a querer proyectar hacia el pasado los nuevos conocimientos para obtener un entendimiento más completo de la historia por medio de las herramientas de las que hoy disponemos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que el aplicar técnicas y métodos actuales al pasado pueden plantear problemas epistemológicos y de disponibilidad de fuentes útiles. En el caso de la historia económica para la Edad Moderna, hay que tener en cuenta que estamos estudiando algo que no existía como tal en ese momento histórico, lo que obliga a adoptar un acercamiento cauteloso al tema de estudio.


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Max Weber (1864-1920)

Queriendo refutar el determinismo económico de la teoría marxista, Weber combinó su interés por la economía con la sociología, en un intento de establecer, a través de un estudio histórico, que la relación causa-efecto histórica no sólo dependía de variables económicas. En una de sus obras fundamentales, Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus (La ética protestante y el espíritu del capitalismo, 1904-1905), intentó demostrar que los valores éticos y religiosos calvinistas habían ejercido una importante influencia en el desarrollo del capitalismo. Volvió sobre este tema en sus últimos libros, al estudiar las religiones asiáticas y concluir que las ideas religiosas y filosóficas imperantes en las culturas orientales habían impedido el desarrollo del capitalismo en estas sociedades, a pesar de la existencia de factores económicos favorables para que se produjera dicha evolución.


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Presentación

El objetivo de este blog es reflejar y expandir, con opiniones propias y de otras fuentes, el contenido temático de la asignatura Historia Económica de la Edad Moderna, así como reflejar a grandes rasgos el desarrollo en desarrollo del trabajo en grupo sobre la Organización de la Industria en la España Moderna.