domingo, noviembre 05, 2006

El Mercantilismo

Claude Lorrain, Puerto de mar francés. 1638
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Es un conjunto heterogéneo de ideas económicas que constituyen el principal sistema económico adoptado por las principales potencias comerciales durante los siglos XVI y XVII.
El mercantilismo se enmarca en el contexto del surgimiento de las monarquías autoritarias, de expansión comercial y crecimiento de los grandes estados territoriales y coloniales de Europa occidental.

Los conceptos claves que identifican este corpus teórico son el intervensionismo y proteccionismo estatal para aumentar la riqueza nacional en un sistema de suma cero. (aspectos que luego criticaría Adam Smith).

Barnes subraya el hecho de que se trata del surgimiento de una política económica a nivel nacional.

"Las ciudades medioevales, en la formulación de su política económica, habían tratado, principalmente de regular el comercio y la industria para favorecer a sus propios artesanos contra los forasteros. El motivo fundamental de la nueva política nacional como se desenvolvió en Inglaterra, Francia y Alemania, fue el de dominar el comercio en interés del Estado nacional... El mercantilismo se asocia a la idea de un egoísmo nacionalista. Se supuso que todo Estado era el enemigo comercial en potencia de todos los demás". [Barnes, Harry Elmer (1955). Historia de la Economía del Mundo Occidental; Editorial UTEHA. México. Citado en: Chateauneuf, R. (2003). El Mercantilismo. En página web
]

Y es que los mercantilistas propiciaban la intervención del estado en la economía, como un poder más, entre los tantos que ejercía, en el marco del absolutismo monárquico y de creación del Estado-nación. [
ver pagina web]

Caracteristicas Generales

Estas son algunas de las características generales del Mercantilismo:


Bullonismo

Este pilar del pensamiento mercantilista está basado en la premisa de que la mejor forma de servir a la riqueza y poder nacional era acomular dinero. Una de las principales formas de hacer esto consistió en incrementar las exportaciones y reducir las importaciones para obtener una balanza comercial positiva que permitiese reunir metales preciosos. Si un país no tenía minas había que buscar los metales preciosos a través de las manufacturas y el comercio. Se creía en la idea de riqueza estática según la cual, como
juego de suma cero, la forma de conseguir riqueza era quitársela a otro.

Un primer pensamiento mercantilista “estaba interesado en el hecho de que los metales preciosos, especialmente el oro, tenían demanda universal como medio inmediato para obtener otros bienes, y por lo tanto solían identificar el dinero con la riqueza.” [
en página web]. Como consecuencia, la riqueza del príncipe y del país se lograría atesorando la mayor cantidad de metales preciosos.

En realidad, esta visión ingenua se encontraba ya superada en el propio siglo XVI. Algunos tratadistas de la época percibieron con claridad que el dinero no constituía sino una mercancía más, cuyo valor está sujeto al volumen de su oferta. Así, por ejemplo, en un pasaje muy conocido de su obra "Comentario resolutorio de cambios", publicada en 1556, el español
Martín de Azpilcueta afirmaba:

"todas las mercaderías encarecen por la mucha necessidad que ay, y poca quantidad dellas; y el dinero en quanto es cosa vendible, trocable o conmutable por otro contrato, es mercadería, por lo susodicho, luego también él se encarece por la mucha necessidad y poca quantidad dél...".


El también español Pedro de Valencia escribía en 1608:

"El daño vino del haber mucha plata y mucho dinero, que es y ha sido siempre (...) el veneno que destruye las Repúblicas y las ciudades. Piénsase que el dinero las mantiene y no es así: las heredades labradas y los ganados y pesquerías son las que dan mantenimiento".


Estos textos son representativos de un estado de opinión bastante generalizado a raíz del análisis de las consecuencias del oro y la plata americanos sobre la economía española, que condujo al pleno convencimiento de que la verdadera riqueza radicaba en los bienes producidos y no en el metal poseído... Este descubrimiento no significó la pérdida del prestigio del metal precioso ni la renuncia a su posesión, aunque más como medio de producir riqueza que como objetivo exclusivo. El mercantilismo evolucionó, pues, hacia doctrinas productivistas.” [en página web] Sin embargo, en general se favoreció “como forma preferente de acumular metales preciosos [...] el comercio exterior - en detrimento del comercio interior - y las manufacturas, que proveían productos para la exportación, en detrimento de actividades primarias como la agricultura y la ganadería [en página web]. Las ideas de Pedro de Valencia tendrían que esperar a la llegada del la fisiocracia en el siglo XVIII para ser aplicadas.


Proteccionismo e Intervencionismo

Se trata de intervención del Estado desde la legislación para proteger la industria nacional, sobre todo a través de aranceles altos para los productos extranjeros. Igualmente, se pretende mantener monopolios comerciales.

“The state exercised much control over economic life, chiefly through corporations and trading companies [En el siglo XVII los estados incentivan las compañías comerciales privilegiadas, sobre todo las Compañías de Indias orientales y occidentales]. Production was carefully regulated with the object of securing goods of high quality and low cost, thus enabling the nation to hold its place in foreign markets. Treaties were made to obtain exclusive trading privileges, and the commerce of colonies was exploited for the benefit of the mother country.” [
en página web].


Poblacionismo

Es una concepción muy arraigada durante la Edad Moderna: un país es más rico mientras más poblado sea. Esto lo mantiene los mercantilistas y los fisiócratas. Una población abundante constituía un potencial productivo y una forma de riqueza para la nación y de poder para el Estado, por este motivo se potenció el crecimiento demográfico y la inmigración de elementos productivos. (A mayor población, mayor la recaudación fiscal. El crecimiento demográfico permitía aumentar los ingresos hacendísticos por simple extensión sin necesidad de hacer más eficiente el sistema fiscal.)


Racionalización del sistema fiscal



Se daban cambios fiscales sin buscar una redistribución más equitativa. El objetivo era conseguir más ingresos. Esto se consigue a través introducción de nuevos impuestos o mejor recaudación y no por medio de reformas en profundidad. Son nuevos ingresos desde las estructuras fiscales que caracterizan al Antiguo Régimen con el mantenimiento de privilegios.

Colonialismo

“El comercio ventajoso alcanzaba sus mayores posibilidades mediante el control efectivo de áreas coloniales. Las colonias son muy importantes e incluso indispensables para el fomento a las exportaciones y la disponibilidad de mercados. Se dibujaban así las bases del pacto colonial: las colonias se constituían en proveedoras de materias primas para la metrópoli, al tiempo que en mercados para la producción manufacturera de ésta. La subordinación económica de extensas áreas coloniales extraeuropeas constituyó una condición del desarrollo capitalista de la economía occidental. La pugna de las potencias por el control de colonias se explica fundamentalmente por razones de tipo económico-mercantil.” [en página web]

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Como más tarde señalarían los economistas clásicos, incluso una política mercantilista exitosa probablemente no sería beneficiosa, porque producía una oferta excesiva de dinero y, con ello, una seria inflación. [en página web]

La búsqueda de una balanza comercial favorable llegó a obstaculizar actividades comerciales con el exterior. Especialmente entraron a reaccionar en contra algunos comerciantes, ya que las regulaciones perjudicaban sus intereses. La Compañía de las Indias Occidentales inglesas, que había llegado a ser uno de los centros más poderosos de influencia comercial, veía dificultadas sus actividades de importación de productos de lujo del oriente, ya que ello requería importar más, trayendo como consecuencia efectos negativos en la balanza comercial. La importancia de la Compañía y su influencia en la vida política, especialmente a través del Parlamento, contribuyeron a crear un ambiente en contra del Mercantilismo.” [Chateauneuf, R. (2003). El Mercantilismo. En página web]

Sin embargo, Las ideas mercantilistas no declinaron hasta la llegada de la revolución industrial y del laissez-faire. [en página web]. Durante los siglos modernos el El mercantilismo se extendió por toda Europa, con algunas características diferentes entre los países. Pasó a denominarse Mercantilismo en Inglaterra, Colbertismo en Francia y Cameralismo en Alemania [arbitrismo en Castilla]. Posiblemente la importancia económica de Inglaterra ha determinado que este nuevo estilo pasase a denominar en forma generalizada Mercantilismo. [Chateauneuf, R. (2003). El Mercantilismo. En página web]


Historiografía

El mercantilismo no es una doctrina homogénea, sino que es el término genérico que engloba un conjunto variado de escritos con temas más o menos coherentes pero a menudo con posturas contradictorias que se produce sobre todo durante los siglos XVI y XVII. Era, en definitiva, un pensamiento poco teorizado y muy práctico que estaba destinado a resolver problemas. Los mercantilistas no se llamaban a si mismos así, ni se consideraban parte de una misma escuela teórica. Esto está muy bien resumido en una entrada de la Wikipedia [http://en.wikipedia.org/wiki/Mercantilism] :

“European economists between 1500 and 1750 are today generally considered mercantilists; however, these economists did not see themselves as contributing to a single economic ideology. The term was coined by the Marquis de Mirabeau in 1763, and was popularized by Adam Smith in 1776.[2] The word comes from the Latin word mercari, which means "to run a trade," from merx, meaning "commodity." It was initially used solely by critics, such as Mirabeau and Smith, but was quickly adopted by historians. Originally, the standard English term was mercantile system. The word mercantilism was introduced into English from German in the early 20th century.

Mercantilism as a whole cannot be considered a unified theory of economics. There were no mercantilist writers presenting an overarching scheme for the ideal economy, as Adam Smith would later do for classical economics. Rather, each mercantilist writer tended to focus on a single area of the economy.
[3] Only later did non-mercantilist scholars integrate these "diverse" ideas into what they called mercantilism. Some scholars thus reject the idea of mercantilism completely, arguing that it gives "a false unity to disparate events".[4] To a certain extent, mercantilist doctrine itself made a general theory of economics impossible. […] Mercantilists' writings were also generally created to 'justify' particular practices, rather than as investigations into the best policies.[6] […] [Mercantilist] economic ideas were often developed by academics and philosophers, almost all mercantilist writers were merchants or government officials.[9]"


Originalmente, el término mercantilismo tenía unas connotaciones peyorativas que Adam Smith y sus seguidores habían otorgado al proteccionismo y a sus defensores.

En 1870 se produjo una revalorización del término de mano de Roscher y de la historiografía alemana. Se le consideraba una política económica positiva por buscar aumentar el poder del Estado-Nación. Esto se produce en el marco de la unificación alemana por una escuela historiográfica nacionalista como forma de legitimar el intervensionismo y el proteccionismo como forma de fortalecer al Estado. Se pretendió definir el mercantilismo como una doctrina coherente opuesta a la política de Gran Bretaña en ese momento.

En 1931 Heckscher publicó un estudio hoy clásico sobre el mercantilismo en el cual lo definía como una escuela homogénea con ideas sistematizadas organizadas y coherentes. Difería de la escuela alemana al criticar la debilidad de los medios aplicados por el mercantilismo, la insuficiencia de medios acordes con las doctrinas.


Las cíticas de Viner a estas interpretaciones clásicas dan inicio a una corriente de reinterpretación del mercantilismo [Ver un resumen de su obra The Nation: State and Private Enterprise]. Así se empieza a cuestionar si el mercantilismo es una escuela o no. En el marco de este debate, Coleman [en su obra Coleman, D. C. (ed.) [1969] Revisions in Mercantilism, Methuen, London, 1969] niega en 1969 el carácter de escuela del mercantilismo. Él critica a Heckscher por sólo haberse basado en los casos de Inglaterra y Francia, dejando a una lado la literatura económica castellana, portuguesa y holandesa. El debate sigue abierto con aportaciones más recientes como las de Magnusson en 1994.

Variantes Nacionales

El pensamiento mercantilista y su aplicación práctica variaba entre distintos países. Estas son algunas de las variantes nacionales.

España

En Castilla el pensamiento mercantilista se conoce como arbitrismo. Se trataba de arbitrios, consultas o memorias, realizadas por individuos con propuestas de soluciones a problemas, que se presentaban al rey. Esto entraba dentro del deber de consejo de los súbditos al rey. Es importante tener en cuenta que la persona que elevaba el arbitrio al rey esperaba una retribución si su análisis era correcto y producía resultados.

El prestigio de los arbitristas decayó hacia el siglo XVIII porque que se les vinculaba con la realización de estudios disparatados. Desde Campomanes se empezó a revalorizar al arbitrismo.

Los principales temas de estudio de los arbitristas fueron: América, la decadencia de Castilla, el rentismo y el abandono de sectores productivos, la excesiva presión fiscal, las guerras constantes, la salida del metal precioso indiano hacia Europa, formas posibles de mejorar la producción agrícola, entre otros temas.

Algunos autores (como Luis Perdices de Blas) consideran que los proyectistas del siglo XVIII son herederos directos de los arbitristas.


Inglaterra

Fue un pensamiento muy heterogéneo con una preocupación por el dinero y por acaparar moneda mediante el comercio ya que n contaban con minas o colonias en el siglo XVI.

Se crea la doctrina de la balanza comercial favorable, con dos variantes:

En el siglo XVI Malynes, Misselden y Mun escribieron sobre la necesidad que las exportaciones superen las importaciones, a través del apoyo al sector agrario y secundario para la exportación.

En el siglo XVII Cary y Child defendieron la balanza comercial favorable para estimular la producción y el empleo en el país como forma de aumentar la riqueza. Posteriormente, esta idea llegaría a Adam Smith a través del fisiocrata Cantillion.

También se reflexionó sobre la tasa de interés.

Sobre todo Child y Locke, en un contexto de pesimismo generalizado, definieron mecanismos poco sofisticados en relación a las tases de interés. Como forma de reducir el tipo de interés se señaló que se debía aumentar el dinero en circulación (desconocían que también aumenta la tasa de inflación).

Existió también un afán de cuantificación.

Sobre todo autores como Petty, en el contexto de la revolución científica, mostraron este interés por la objetividad matemática medible y cuantificable, que les llevó a proponer la unificación de pesos y medidas. Más tarde, los fisiocratas serían influenciados por estas ideas.


Francia

En Francia existió una preocupación muy marcada por cuestiones prácticas y no morales o teóricas. El pensamiento económico fue muy dependiente de la coyuntura política y de los objetivos políticos del Estado El mercantilismo se desarrolló vinculado decisivamente con las monarquías autoritarias (sobre todo con Luis XIV). Se pretendía conseguir la autosuficiencia del país y la acumulación de capital (Francia carecía de minas auríferas) a través de la importación de materia prima y la exportación de manufacturas producidas por una industria nacional fuertemente reglada por un Estado claramente intervencionista. Esto también se conseguía mediante una población ocupada en sectores productivos (alejándose de posturas favorables a la pobreza y mendicidad).

Dos de los teóricos más importantes fueron Laffemas y Montchrétien. Sin embargo, “El mercantilismo francés encontró su manifestación máxima en Jean Baptiste Colbert, que lo desarrolló con improntas personales, trascendiendo con la denominación particular de colbertismo, el sistema económico mercantilista desarrollado en ese país. Él impulsó la economía francesa, como ministro de Luis XIV, al desarrollar la industria local con el objetivo de adquirir oro, producto del que Francia carecía. Las fábricas eran su máxima inquietud, ya que mediante ellas, se restringirían las importaciones y serían fuente de ingresos a través de las exportaciones. A tal fin les otorgó franquicias, subvenciones y préstamos sin interés. Creó varias factorías estatales, como los famosos talleres Gobelinos de París. Fomentó el comercio, creando compañías comerciales y desarrollando una fuerza naval mercante.

Su idea era el crecimiento francés en desmedro de los países vecinos, sobre todo, de Holanda, para lo cual estableció fuerte tarifas aduaneras, entre las que se destacó la “Tarifa de 1667”, que significó con respecto a Holanda una virtual declaración de guerra económica.

Incrementó las comunicaciones internas, no tanto por vía terrestre, sino fluvial, y en la construcción de canales, por ejemplo, unió el Mediterráneo y el Atlántico a través del Canal des Deux Mers, terminado en 1681. Asimismo, intentó racionalizar, sin mucho éxito, las finanzas públicas mediante un sistema de contabilidad pública.”
[en página web]


Holanda

Se da un proteccionismo más moderado, con un mayor énfasis en el comercio y las operaciones bursátiles.

En este contexto Joseph de la Vega escribe el primer tratado sobre las operaciones bursátiles titulado Confusión de confusiones: diálogos curiosos entre un philosopho agudo, un mercader discreto, y un accionista erudito, descriviendo el negocio de las acciones, su origen, su ethimologia, su realidad, su juego, y su enredo (1688), y Hugo Grocio escribe en defensa de la libertad de viajar, navegar y comerciar en su obra Mare liberum (1609)