domingo, noviembre 05, 2006

La Herencia Medieval: Santo Tomás y Oresme


Dos autores medievales dejaron un legado influyente y duradero en el pensamiento económico de la Edad Moderna pero siempre como parte de un pensamiento teológico mucho más amplio. Ellos son Santo Tomás de Aquino y Nicolás de Oresme.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274)

Las doctrinas económicas de Santo Tomás tratan de temas como la institución de la propiedad privada, del precio justo y de la prohibición de practicar la usura o el préstamo con interés. Asimismo, él percibió la existencia de un primitivo sistema de mercado y la creciente preponderancia de los gremios. Sus ideas influyeron en la economía hasta el siglo XVIII.

Precio justo y Monopolios

Reflexionó sobre el problema del precio justo y de los monopolios. Para él los monopolios suponían un problema ético ya que llevaban a precios altos. Todo precio superior al justo – es decir con el expreso deseo de cobrar más – era totalmente pecaminoso y también constituía un fraude. Sobre todo se enfoca en el fraude cometido en la compra-venta .

El se limitó a observar el fenómeno, pero no describe qué es un precio justo ni explica cómo llegar a él, aunque considera que hay que sopesar elementos como el salario.

En lo correspondiente al precio de los bienes los aspectos éticos como la justicia y la equidad eran los ejes de la discusión más que los aspectos monetarios que hoy evaluamos.

Cobro de intereses y usura

Los prestamos con interés ya eran un hecho en el siglo XIII, a raíz de las innovaciones económicas-financieras (mejores técnicas financieras y expansión económica y comercial) que se estaban dando en el norte de Italia (justo la zona donde más influencia tuvo). Eran perversos según las enseñanzas clásicas y de la Iglesia, y para Santo Tomás todo el que buscaba beneficio estaba tajantemente marcado por el pecado. Igualmente para él, los prestamos con interés debían estar prohibidos por la ley civil.

En los inicios de la Edad Moderna se intenta dar el cambio para hacer del beneficio algo virtuoso. En este sentido el Calvinismo luego ofrecería una salida moral al problema.

El beneficio como algo pecaminoso caló muy hondo en el mundo moderno, y fue un laste que pervivió durante varios siglos. Esto incluso influenció a los fisiócratas que consideraron el crédito como una actividad estéril.

Propiedad privada

Para Santo Tomás La propiedad privada es una institución económica deseable porque complementa el deseo interno del hombre por el orden. "Por lo tanto la propiedad no es contraria a la ley natural" , escribe Aquino en la Summa Theologica, " sino un añadido creado por la razón humana". Sin embargo el Estado tiene autoridad para asegurar el marco legal que permite la vida comercial, haciendo cumplir la ley, prohibiendo el robo, hurto, la violencia y el fraude. De este modo, el derecho civil es el producto de una reflexión sobre la ley natural. Además, Aquino creía que la propiedad privada es la mejor garantía para una sociedad pacífica y ordenada, debido a que provee los máximos incentivos para un uso responsable de la propiedad. (
en pagina web)

Algunas de sus ideas sobre la propiedad privada están en su "Tratado de Derecho" que forma una sección de su Summa Theologica.

Tomás explica que ciertas cosas pertenecen a la ley natural "porque la naturaleza no las hubiera hecho si fueran contrarias a ella". Pone un ejemplo: "Podríamos decir que para el hombre el hecho de estar desnudo es de ley natural puesto que la naturaleza no le proporcionó vestiduras; fue el ingenio humano el que las inventó", y añade; " la posesión de todas las cosas en común y la libertad universal se dice que son de ley natural ya que, aunque la naturaleza no produjo ni la separación de propiedades ni la esclavitud, éstas fueron ideadas por la razón en beneficio de la vida humana". Por lo tanto, las leyes de la naturaleza no fueron cambadas en lo que a esto respecta, sino que sólo se les añadió algo. Y este ingenioso argumento implica una crítica muy eficaz contra aquellos que se siente inclinados a considerar la propiedad privada como algo que va contra la ley natural: los que sientan tal inclinación deberán también considerar el hecho de llevar ropas como algo que va contra la ley natural.

Respecto a la adquisición o a la enajenación, la propiedad privada queda justificada basándose en las razones dadas por Aristóteles. En cuanto al uso de las posesiones, el pensamiento de Aristóteles queda fundido en el de los Padres, S. Tomás insiste en que el propietario debe permitir a los demás que las compartan con él. Este deber refleja su idea de la administración de la riqueza y puede cumplirse realizando actos de caridad, liberalidad y munificencia. Añade que como obligación, la caridad no necesita llegar hasta el extremo de que ponga en peligro la posición social del donante o de su familia.
(Debemos tener en cuenta que Santo Tomás venía de una familia aristocrática, sus visiones están estrechamente ligadas a la defensa del status quo social existente)

En su Tratado de Derecho también se refiere a la regulación de la propiedad instituida en el Antiguo Testamento, en forma aprobatoria -el Año Sabático, el Año Jubilar y el uso en común de ciertos bienes- y relaciona todas estas materias con la creencia de Aristóteles de que la regulación de la propiedad sirva para la salvaguardia del estado.
(en pagina web)

Nicolás de Oresme (?1325-1382)

Era un teólogo escolástico, matemático, traductor, físico, astrónomo, filósofo, historiador, jurista, psicólogo, geógrafo y musicólogo francés, obispo de Lisieux y consejero del rey Carlos V de Francia.
Para Oresme el príncipe o gobernante no debería de oponerse al comercio porque produce riqueza. El rey debería de favorecer el comercio, desde las leyes, para aumentar riqueza y bienestar de los súbditos. Esto toma lugar en el contexto recuperación derecho romano y la creación de teorías de defensa del poder real. Defiende la idea – igual que Maquiavelo- de que “es mejor gobernar entre súbditos ricos”. Estos planteamientos económicos luego servirían de fuente para el mercantilismo durante los siglos XVI y XVII.

Él se distancia en relación a Santo Tomás en cuanto a la legitimación de la búsqueda de beneficio siempre dentro de los cánones de la teología.

El núcleo se su pensamiento económico son planteamientos sobre la moneda, contenidos fundamentalmente en su obra Tratado sobre el Origen, Naturaleza, Ley, y Alteración de las Monedas. Con él Surge el monetarismo. Él establece que el príncipe debe velar por el cuidado de la moneda, vigilar la acuñación de moneda su peso, valor y correcta circulación.

Oresme estableció lo que debía ser la relación entre valor nominal y valor intrínseco de la moneda: el segundo debía ser un poco inferior que el primero, ya que se debía descontar el coste de acuñación de la moneda. El valor nominal debía estar en equilibrio con el peso.

También habló de malos usos de la moneda, aquellos derivados del usufructo y la usura. Para él el lucro a través del cambio y de la custodia era pecaminoso (Existía un sentido moral muy marcado en las teorías de moneda). La usura sobre este tipo de prácticas era todavía peor. Oresme hace una formulación de la Ley de Gresham en su obra:

"…Semejantes alteraciones y falsificación disminuyen la cantidad de oro y plata en el reino y de metal precioso. A pesar de cualquier prohibición, es trasladado al exterior donde tiene mayor valor. Los hombres intentan llevar su dinero a aquellos lugares donde creen que será más valioso, y esto reduce la cantidad material de dinero en el reino."

Oresme apunta correctamente que el “mal dinero desplaza al buen dinero” sólo bajo el impacto del control de precios fijos: los ciudadanos están obligados por ley a aceptar las nuevas monedas de peor calidad en las mismas condiciones que las antiguas monedas buenas. Si excluimos, entonces, las leyes del curso legal, el mercado de dinero se comportaría exactamente igual que cualquier otro mercado. En una economía libre, el mejor producto siempre desplaza al peor.


Para él la falsificación era un tema mucho más trascendental desde el punto de vista moral que el pecado asociado al cambio de dinero y la usura. El cambio de dinero y la usura pueden ser aceptados bajo ciertas circunstancias especiales. Pero la falsificación era inherentemente injusta de raíz, y por lo tanto, nunca se tenía que permitir. Él mantenía que el “cambio de nombres” (envilecimiento) era un escándalo y jamás debía ser producido. La alteración en el peso sin un inmediato cambio en el nombre de la moneda era algo “repugnante y un fraudulento robo”. Las alteraciones del curso legal de dinero eran “opuestas a la forma de actuar de la naturaleza”. Son peores que la usura, porqué la usura, al menos, nace de la voluntad contractual entre el deudor y el creditor, mientras que las alteraciones se hacen sin ese acuerdo contractual y ponen en entredicho el dinero anterior. Oresme dice:

"El usurero presta su dinero a alguien para que éste lo tome sobre su libre voluntad y para que disfrute del uso del mismo y alivie sus necesidades; y el excedente que devuelva sobre el principal habrá estado determinado bajo la libertad de contrato entre las partes. Pero un príncipe, por medio de un innecesario cambio en la acuñación, toma de forma evidente el dinero a sus súbditos en contra de su voluntad substituyendo el viejo dinero por el nuevo como si fuese mejor, y nadie lo quiere. Los súbditos innecesariamente y sin ninguna posible alternativa tomarán el dinero de peor calidad… Y en la medida en la que el príncipe recibe más dinero, en contra y más allá de la naturaleza del propio dinero, ese dinero ganado es igual a la usura; pero peor que ésta ya que no versa en un acto voluntario sino que va en contra de la voluntad de los súbditos, incapaces de sacarle beneficio y siendo un acto totalmente innecesario. Mientras que el interés del usurero no es excesivo, o más generalmente injusto a la mayoría, este impuesto impone tiranía y fraudulencia en contra de la voluntad de la comunidad entera. Dudo si a esto no se le tendría que llamar robo con violencia o extorsión fraudulenta."

[Ver un articulo sobre los escritos de Oresme sobre la moneda con extensas citas textuales en: Hülsmann, J. G. (2004) Nicolás Oresme y el primer tratado monetario, En: pág web , traducido de: http://www.mises.org/story/1516 ]